El Laberinto del Ágora
Del corazón a la razón

Decir que fue el guitarra de Joan Manuel Serrat y Lluís Llach, es por lo que una mayoría lo recordarán, por cada una de las canciones que viven en la memoria histórica emocional de millones de personas. Gabriel Rosales, es un ser humano universal, con una gran experiencia musical.

Muchos han contado con su humanidad, musicalidad, guitarra y arreglos, músicos y artistas de renombre nacional e internacional, como Alberto Cortéz, La Trinca, Marina Rosell, Dúo Dinámico, Los Tres Sudamericanos, Rocío Durcal, Jaime Morey, Moncho, Raphael, Joan Manuel Serrat, María del Mar Bonet, Dyango, Emilio José, Víctor Monge (Serranito), Lluís Llach, Sara Montiel, Raimon, Pí de la Serra, Waldo de los Ríos, The Platters, Mocedades, Four Tops, Laura Simó, Juan Carlos Calderón, Josephine Baker, Bernard Hilda, Dino Salerno, Raivo Taffenau, Tom Jones, Abbe Lane, Hnas. Kessler, Bart Van Lier, Pedro Iturralde, Petar Ugrin, Tete Montoliu, Sacha Distel…

Amigos desde siempre.

Durante muchos años, con tal intimidad y calidad vividos la amistad, la confianza y entrega, que puede considerarse de toda una vida. He podido agradecer el compartir con un ser humano de tal calidad en presencia, humanidad y experiencia musical, que este compartir renació, despertó y nutrió a los mismos niveles en mi vida en presencia, humanidad y musical, aportándome una experiencia, un patrimonio y herencia en mi existencia para y por siempre.

En todo lo que me compartía, de todos siempre hablaba con agradecimiento y respeto, nunca lo recuerdo criticar a nadie con el desahogo que mira al pasado, sino con aquel Gabriel viajero que cada historia era para mí una aventura escuchada directamente del protagonista, de vivencias que yo había visto por películas, documentales, reportajes o programas de televisión especializados en música o artistas. De la historia de la música con tantos artistas, ahora podía conocer con conocimiento de causa como se habían iniciado varias de las composiciones de Joan Manuel Serrat, Lluís Llach y otros artistas. Después podía ver en Youtube o por Internet conciertos de las experiencias que Gabriel compartía horas antes conmigo. Extraordinaria experiencia compartir con amigos con esta calidad humana y musical.

En muchos momentos hablamos que si alguno de los dos se iba antes en la existencia, el otro haría lo necesario para que sus proyectos últimos pudieran dar a luz.

Y una mañana Teresa, su compañera de vida, me llamó dándome la noticia de la partida de mi amado amigo Gabriel.

Y aquí quedó lo pactado en esta confianza de la amistad, en revisar su obra con el agradecimiento del amor que nos une y la tranquilidad que regala una amistad de alma y corazón, en dejarla preparada en todo lo necesario para ser publicada. Revisión, textos, contenidos, estudios, partituras, armonía, pedagogía... parece mucho, pero era mirar y revivir lo que ya un maestro como Gabriel hizo con esquisitez, así que esta comprobación y verificación, es más su respeto a confirmar y asegurar la excelencia de la obra, por el amor de la música y lo que vivía vocacionalmente desde siempre.

Me encontré en la obra y todo estaba pleno de su cultura excelente, de contenidos extraordinarios, con un gran orden, todo con esmero y cuidado, delicada humanidad y con una formación musical extraordinaria.

Por lo tanto de igual manera que durante nuestro compartir en la existencia cada vez yo tenía el regalo de una master classe en cada momento de nuestro compartir de vivencias, experiencias de sus viajes por el mundo y con tantos artistas, recuerdos, anécdotas, conocimientos musicales y descubrimientos de armonía y arreglos… en tantos días y en tantas llamadas, que en el momento de tener su obra póstuma en mis manos, como no de nuevo me venía en esta revisión de su obra póstuma, vivir el privilegio que confiara en este su amigo Manuel.

Gabriel aun teniendo tantos amigos profesionales de su talla y formación musical a nivel internacional, por alguna razón que sólo su corazón y alma saben, me eligiera a mi aun no teniendo yo la formación que alberga esta obra. Por lo tanto en cada revisión y en cada una de sus páginas en los meses posteriores de revisión, estudio y comprensión, seguía asistiendo a su master classe, una tras otra. Gabriel desde el alma me iba indicando en cada palabra y enseñando en la siguiente, cómo la música iba renaciendo y como cada conocimiento se iba presentando de una manera sencilla.

Y ahora, ya está publicada, ya está a la luz de todos. Teresa, su compañera y su familia, siempre fieles a su voluntad. Juntos pudimos colaborar en que su obra póstuma, estuviera junto a su primera publicación “Cábalas con la Guitarra”, las dos obras están ya al alcance de todos.